GALERÍA DE LOS PASOS PERDIDOS

La Galería de los Pasos Perdidos en los edificios institucionales tiene como fin la reflexión bajo la influencia de los hados de aquellos que también precedieron idéntica responsabilidad. He aquí la nuestra. 


Odón de Buen, fundador de la Estación biológica marina de Málaga
(1863-1945)
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Odón de Buen y del Cos nació el 18 de noviembre de 1863 en Zuera, (Zaragoza). Junto con sus padres se trasladó a Zaragoza para estudiar el Bachillerato. Consciente del gran esfuerzo que suponía para la familia el traslado a la capital aragonesa, impartió clases de repaso a otros alumnos.
Terminado el Bachillerato con matrícula de honor, accedió a la Universidad. Eligió estudiar Ciencias Naturales, para lo cual fue preciso su traslado a Madrid. Sabedores del gran esfuerzo económico que suponía, y conocedores de su talento, el Ayuntamiento de Zuera decidió becarle de manera unánime.
Durante su estancia en Madrid, tuvo ocasión de ampliar estudios con Máximo Laguna y José Macpherson, con los que se inició en los estudios de petrografía en la sierra madrileña. En esta época, y para ayudarse económicamente comenzó a dar clases particulares, siendo uno de sus alumnos Miguel Primo de Rivera. Durante este periodo Odón realizó estudios de hierbas y plantas que incluiría más tarde en sus Anales de Historia Natural, publicado en 1883.
Tras un viaje a su tierra natal, donde en 1885 se había declarado una epidemia de cólera, de la que murió su padre, habiéndose hecho cargo de su familia, Odón regresa a Madrid donde recibió la noticia de haber sido seleccionado para realizar investigaciones científicas a bordo de la vieja fragata Blanca, superviviente de la batalla del Callao. Este viaje, preparado por la Marina de Guerra, había sido pensado para dar la vuelta al mundo como instrucción de guardiamarinas, pero por razones presupuestarias se redujo a un viaje en dos etapas: la primera por el norte de Europa, y la segunda por el Mediterráneo y el norte de África. En ambos viajes, en los que no faltaron las penalidades, se formó la vocación oceanográfica de Odón de Buen tal y como relata en sus memorias:
Adquiri en aquel viaje la orientación definitiva para mi vida personal futura. Me encontré con el mar y lo contemplé: magnífico, imponente y despreciando la insignificancia de nuestro barco de madera. Encontré hombres expertos, conscientes de la superioridad de la inteligencia humana. Sentí un ansia insaciable para conocer los secretos ocultos bajo las olas y las causas del origen de la vida en los océanos. Tomé la decisión de dedicarme a la oceanografía, que entonces estaba en sus inicios.

Durante este viaje recogió importantes materiales que sirvieron para clasificar. Entre ellos dos especies de isópodos que fueron clasificados, en alusión a él, como Metropontus bueni y Porcelio bueni.
Aficionado a escribir, relató las peripecias del viaje en la obra Kristanía a Tuggurt.
Tras este viaje buscó una estabilidad económica que le permitiera casarse ganando en 1889, tras varios intentos, la cátedra de Zoología en la Universidad de Barcelona, puesto que ocupó hasta 1911 en que se trasladó a Madrid.
Durante su estancia en Barcelona de Buen reformó completamente la enseñanza de las ciencias en esa universidad: introdujo material científico avanzado, estableció prácticas de laboratorio y salidas al campo y estableció relaciones estrechas con la Estación Biológica de Banyuls. Sus extensos manuales explicaban los fenómenos naturales con planteamientos evolucionistas y sin rodeos.
Odón participaba también en política, difundiendo ideas republicanas y librepensadoras. Fue colaborador de Los Dominicales del Libre Pensamiento que dirigía Fernando Lozano y Montes, con cuya hija, Rafaela, se casó en 1889. El matrimonio tuvo seis hijos. Ocupó los cargos políticos de concejal de Barcelona (1903) y senador de la provincia de Barcelona (1907-1910).
Odón de Buen introdujo la teoría de la evolución de Darwin en España, pero ello le valió la oposición del cardenal Casanyes, que declaró sus enseñanzas heréticas. La oposición del cardenal consiguió en 1895 la separación de la cátedra de Odón de Buen,2 que fue acogido por el Gobierno francés, que le nombró oficial de instrucción pública.
Publicó una Historia Natural completa (Zoología, Botánica y Geología) con ilustraciones y grabados que tuvo gran aceptación tanto en España como en América, pese a que los sectores más conservadores de la enseñanza promovieron la prohibición de estos libros como contrarios a las doctrinas de la Iglesia católica, que los puso en el Índice de libros prohibidos, pero Odón de Buen no imponía sus libros, con lo que cualquier intento de apartarlos de la enseñanza oficialmente fue infructuoso.
Su separación de la cátedra produjo numerosas protestas y revueltas entre los estudiantes, que llegaron a apedrear la casa del obispo y la de otras personas notorias por su clericalismo. De Buen trasladó sus clases al salón del Centro Federal y continuó con sus salidas al campo, pero los disturbios no cesaban y al final, durante las vacaciones de Navidad, el Gobierno, aconsejado por el general Valeriano Weyler, capitán general de Cataluña, dispuso que Odón reanudara sus clases.
En 1906 inauguró el Laboratorio Biológico Marino en Porto Pi (Mallorca) y más tarde otros en Málaga, Vigo y Santa Cruz de Tenerife, en los que se formaron generaciones de oceanógrafos. En 1914 fundó el Instituto Español de Oceanografía, iniciando así el campo de la investigación oceanográfica en España.
A partir de 1908 realizó una serie de campañas marítimas a bordo del Averroes, barco bien equipado que pertenecía a la Marina de Guerra, y con el cual de Buen pudo trazar cartas de navegación, estudiar los fondos del estrecho de Gibraltar y analizar las corrientes, la fauna y la flora mediterráneas.
Durante este período Odón de Buen coincidió en la Escuela Moderna de Ferrer Guardia con otros científicos, entre los que estaban Ramón y Cajal y Andrés Martínez Vargas. Colaboró en su Boletín y se integró en su patronato, impartió numerosas conferencias y escribió cinco libros de Ciencias Naturales, que sirvieron de libros de texto en ese centro. En esa época recibió Odón de Buen numerosos premios y condecoraciones tanto nacionales como extranjeras.
En 1911 se trasladó a Madrid donde continuó su obra pedagógica defendiendo siempre la enseñanza científica, completa y experimental. En esta ciudad se reanudó su amistad con Ramón y Cajal y con su antiguo alumno Miguel Primo de Rivera.
Durante todo este tiempo se preocupó también por mejorar su pueblo natal, Zuera, para el que consiguió la construcción de un Grupo Escolar, el cual en la actualidad lleva su nombre. El escultor Mariano Benlliure modeló un busto para este centro, del que en su día fue entregada una reproducción a la Universidad de Zaragoza que la exhibe en su Paraninfo como homenaje al oceanógrafo. Otra copia está en el mausoleo que se le ha erigido en Zuera.
Durante la dictadura de Primo de Rivera se creó la Dirección General de Pesca, a la que se anexionó el Instituto de Oceanografía, Odón de Buen fue nombrado su director general conservando este cargo durante la II República.
En 1934 le llegó la edad de la jubilación tras cuarenta y cinco cursos de enseñanza ininterrumpida, en los que habían pasado por sus aulas 25 000 estudiantes. Sin embargo, Odón no abandonó la investigación.
La Guerra Civil le sorprendió en Palma de Mallorca trabajando en su laboratorio, y fue detenido por los sublevados y enviado a prisión. En los mismos días fue apresado en Sevilla su hijo Sadí, médico, recordado sobre todo por sus esfuerzos por la erradicación de la malaria, que fue fusilado el 3 de septiembre. Las privaciones y la dureza de la cárcel agravaron su diabetes. Fue enviado al hospital donde se recuperó con la ayuda de médicos que habían sido alumnos suyos. En el hospital daba charlas a otros pacientes después de la cena sobre biología marina.
El cónsul danés y el británico se comunicaron con él en prisión y presionaron para su liberación. Después de un año en prisión fue liberado a cambio de la hija y la hermana del ya fallecido Miguel Primo de Rivera, a quien había preparado para su ingreso en la Academia General Militar de Zaragoza en 1870.
Al terminar la contienda Odón de Buen se marchó a Banyuls, donde falleció su esposa Rafaela Lozano en 1941.
En 1942 se exilió a México, donde murió en 1945 a los 82 años. Ninguno de sus hijos o nietos supervivientes, que le acompañaron, volvió a España, pero varios de ellos, como Rafael, oceanógrafo, contribuyeron de manera destacada a la vida académica y profesional del país que los acogió.
Durante la dictadura de Franco su nombre fue relegado al olvido.
En el año 2003 sus restos mortales fueron traslados desde México a Zuera, su pueblo natal, donde fueron inhumados en un mausoleo en el cementerio municipal de esta localidad. En el año 2006 los restos de su esposa, Rafaela Lozano, fueron trasladados desde Francia a Zuera, donde en la actualidad descansan junto a los de Odón de Buen.
(Extraido de Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Od%C3%B3n_de_Buen)

EL MISTERIOSO VOLUMEN VIII DE LA HISTORIA NATURAL DE ODÓN DE BUEN EN NUESTRA BIBLIOTECA
La portada del volumen octavo de la Historia Natural de Odón de Buen ya es un auténtico jeroglífico, pleno de símbolos y ornatos. Y no menos el emblema de contraportada. La obra sólo abrirla asombra: ilustraciones minuciosas y elegantes, textos densos que culminan en reflexiones avanzadas para el momento de su publicación (1896). La obra, toda una enciclopedia de la naturaleza, dedica el volumen octavo a la Botánica, precisando que incluye además una parte dedicada a la geobotánica. Pero ¿quien era este hombre que a la vez que escribía esta magna obra traducía a Garibaldi?. La biografía de este erudito e inquieto científico esta llena de grandes momentos, así lo han recogido multitud de tratados dedicados a él, y si no cómo entender que un aragonés de tierra seca fuese el máximo defensor del estudio de los mares y fundador del Instituto Español de Oceanografía. Así en 1908 inauguraría la Estación Biológico-Marina de Málaga. 
Para comprender la grandeza de este personaje véase el artículo de Rafa Ruiz:

Vagn J.Brøndegaard
(1920-2014)






AXÁRQUICO DE ADOPCIÓN Y PADRE DE LA ETNOBOTÁNICA

El pasado 2 de Febrero nos dejó Vagn Brøndegaard. Danés de origen, su pasión por la Botánica desde su infancia le llevó a recorrer toda Europa, estudiando las relaciones de las plantas con los hombres, desde el Cabo Norte hasta la Axarquía. Su intenso trabajo quedó reflejado en un mítico libro " "Folk og Flora" (La flora y su influencia en los seres humanos) , lo que le llevó a ser reconocido como el padre de la Etnobotánica Moderna además del reconocimiento como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Uppsala. Se nos ha ido a escasos días de poder contactar, pero los hados nos han proporcionado la mejor de las vinculaciones: su nieto, malagueño y biólogo, gracias al cual hoy podemos reproducir esta necorológica publicada por el Folketidende (Guldborgsund) y que gentimente nos ha traducido: "El domingo 2 de febrero de 2014, falleció en Nykøbing Falster (Dinamarca), a los 94 años, el botánico y escritor Vagn J.Brøndegaard. 
Vagn Brøndegaard se dio a conocer internacionalmente por sus trabajos y publicaciones en la botánica aplicada a la medicina. En los años setenta publicó la más conocida de sus obras: "Folk og Flora" (La flora y su influencia en los seres humanos). Su obsesión y minuciosidad a la hora de describir plantas, le hizo abrirse camino a nivel europeo. 
Desde niño mostró una gran afición por la botánica, recogiendo y catalogando todas las plantas que encontraba. Pero el camino no fue fácil, pues su padre que era un agricultor acomodado, quería que siguiese la tradición familiar, y se burlaba de él cuando veía la afición que mostraba por la observación de las plantas. No obstante, consiguió realizar los estudios de Botánica en la universidad de Heidelberg (Alemania). Debido a sus investigaciones y publicaciones, la universidad sueca de Uppsala lo nombró "Doctor Honoris Causa" en 2005, por sus profundos conocimientos en Etnobotánica, especialidad en la que estaba considerado como una de las mayores autoridades a nivel mundial."
Su legado sobre la etnobotánica malagueña está en las mejores manos, es tu responsabilidad David.


FRANCISCO MARÍN BUSTAMANTE

El 21 de Agosto de 2013 se marchó a pintar los árboles del cielo Francisco Marín Bustamante, serrano, biólogo, pintor, poeta, calígrafo artístico … Paco nos regaló en 2009 una joya única: “Árboles”, una carpeta con 64 laminas tamaño cuartilla: las 13 primeras son un prólogo manuscrito con caligrafía artística, 23 paisajes y composiciones arbóreas componen el cuerpo central, y el resto es una recopilación de poemas dedicados a los árboles de poetas insignes y de él mismo, muchos de ellos ilustrados. El formato permite barajar a cada antojo tan ilustre obra, un bien muy preciado para todos.

Entrega del premio otorgado por la Junta Rectora del Parque Natural
Sierra de las Nieves en vista a la labor para la protección de los valores del parque.
Convocatoria 2008. Entregado el 14 /07/2009. (B. Cabezudo)

B. Cabezudo (Presidente Junta Rectora), Paco Marín (Premiado), Rafael Haro (Director Conservador)
y Julián Zulueta (Expresidente de la Junta Rectora y ex alcalde de Ronda).



RAFAEL SUAU SUAREZ
(1945-2010)
Su voz grave aun retumba en nuestros oídos mientras nos explica los productos del metabolismo secundario en plantas. Su formación química le llevó a profundizar en el mundo de los vegetales hasta el punto de conocer profusamente nuestra flora. Su convivencia permanente con el Dr. Cabezudo le llevó a iniciar una línea de investigación sobre plantas alcaloídicas andaluzas con excelentes resultados. Si la Química orgánica debe mucho a este gran investigador, probablemente el más importante en la historia de la UMA, no menos reconocimiento le debe la Botánica, por cuanto muchos resultados fitoquímicos que hoy se producen, ya los avanzó él hace un cuarto de siglo.
Gracias Rafa, destacado miembro de nuestra Academia!


RAFAEL SUAU EN EL RECUERDO

Por Baltasar Cabezudo

Tanto a Rafael como a mí nos costó adaptarnos a la Universidad de Málaga. Ni mejor ni peor que otras, distinta. Ambos veníamos de Universidades muy consolidadas donde los "jefes" eran otros. En el año 1981-82 cuando nos incorporábamos éramos jóvenes catedráticos de 35 años y nos tocó ser "jefes" sin querer serlo. Recuerdo a Rafael el día que entró en mi recién inaugurado despacho con cara de no gustarle mucho los biólogos, sentimiento que le acompañó hasta el día de su fallecimiento. Nunca me confesó que experiencia amarga le motivó este sentimiento. Jamás se lo reproché, la amistad cuando es verdadera lo soporta todo.
Me comentó que tenía interés en contactar con un botánico y desde ese momento fuimos amigos en lo personal y colaboradores en lo científico. Le "enseñé" botánica y el me instruyó en conceptos básicos sobre la química de los productos naturales de las plantas. Me mostró la diferencia fitoquímica entre tener y no tener, y entre tener mucho o tener poco.
Aunque siempre me quedará la duda de si se acercó a mi por mis conocimientos botánicos o por los micológicos (setas), creo sinceramente que por estos últimos. Como buen catalán era un buen comedor de setas. Llegó a conocer, mejor que yo, los lugares adecuados para "cazarlas". Parte de sus cenizas descansan en uno de sus lugares micológicos favoritos.
Rafael y yo estábamos predestinados a disfrutar de una gran amistad. El mismo día en el que nos conocimos, por la tarde, estando en la terraza del pequeño apartamento alquilado, vi a Rafael en el de enfrente. Le dije en broma que no era preciso que me siguiera hasta mi casa, para contar conmigo en temas de botánica. Resulta que sin planificarlo éramos vecinos de trabajo y de casa. Al cabo de un año nos mudamos las dos familias a la comunidad donde hemos pasado juntos cerca de 30 años.
Rafael era una persona complicada en el trato. Discutir con el en temas académicos o políticos resultaba imposible. Pronto aprendí que lo mejor era darle la razón en los primeros segundos de la discusión. Siempre protestó de lo andaluz, pero en el fondo sé que apreciaba y quería todo lo de esta tierra, muy especialmente las setas. En lo deportivo nunca discutimos: era del Español en el cuerpo a cuerpo y del Barça en la intimidad. Como yo soy "bético" jamás me consideró enemigo deportivo.
Siempre estuvo a mi lado en los momentos complicados y siempre intenté estar a su lado en sus momentos difíciles. Todavía no me he recuperado de su pérdida. Su interés por los alcaloides nos llevó a recorrer Andalucía, recolectando material de especies exclusivas de nuestro territorio con el fin de hacer un estudio preliminar de la presencia, y en su caso, de la cantidad de alcaloides en cada una de ellas.
De él aprendí la importancia de los alcaloides en los estudios taxonómicos y por parte se lo agradecí infundiéndole la importancia de una correcta identificación del material recolectado y la de guardar siempre un pliego testigo en el Herbario de la Universidad de Málaga. Mi vena conservacionista motivó algunas discusiones referente a la cantidad a recolectar. Mientras yo siempre cogía una pequeña muestra de la especie en cuestión, Rafa siempre quería algo más. Sospecho que en más de una ocasión volvió solo y cogió algo más de material sin que yo me enterara. Posiblemente Ceratocapnos heterocarpa entró a formar parte de las especies amenazadas por culpa de nuestras recolecciones; pero por suerte después de algunos años la población se ha recuperado y el sacrificio ofreció importantes resultados para la Ciencia. Aún guardo algunas de las bolsas especiales de tela que nos hizo su mujer para guardar el material y que no se estropeara.
Después y durante algunos años nos dedicamos a estudiar casi exclusivamente las papaveráceas y fumáriaceas. Los primeros resultados nos permitieron conclusiones taxonómicas interesantes sobre la identidad de los géneros de la Familia Fumariaceae. Corydalis y Ceratocapnos eran prácticamente la misma entidad taxonómica y ambos muy relacionados con el género Sarcocapnos, y que otro grupo muy uniforme era el formado por los géneros Platycapnos, Rupicapnos y Fumaria. Llegamos a la conclusión que los alcaloides eran un buen carácter taxonómico, y como tal contribuir a reforzar algunas de las clasificaciones basadas exclusivamente en caracteres morfológicos. Otra conclusión importante fue que para el estudio de algunas especies críticas era fundamental contar con material obtenido mediante técnicas de cultivo in vitro y evitar de esta manera perjudicar a las poblaciones silvestres.
El estudio de varias especies del género Fumaria nos permitió un divertimento muy interesante, que consistía en que mientras yo le daba un trocito de hoja de una especie, Rafael tenía que darme la solución taxonómica solo con los datos obtenidos en la determinación de alcaloides. Pocas veces se equivocó en la identificación.
El estudio de los géneros Platycapnos y Sarcocapnos me obligó a subir a todos los paredones de Andalucía y de Marruecos, en muchas ocasiones acompañado de Rafael hasta la base de las paredes. Subir, decía Rafael, era cosa de los locos botánicos. Fue una delicia esta experiencia química-botánica- alpinista.
Los datos sobre las poblaciones de Andalucía y Marruecos de Platycapnos saxicola pueden que me permitan describir algún día una nueva especie.  Del estudio del género Sarcocapnos siempre me quedó una laguna. No pudimos recolectar nunca material fresco de S. crassifolia subsp. atlantis. Mis habilidades alpinistas en el gran Atlas marroquí no daban para más. Tuvimos que utilizar un poco de material muy antiguo de un pliego depositado en el herbario de Rabat. Los resultados no fueron concluyentes y no pudimos dilucidar la identidad de las dos subespecies de S. crassifolia.
Además de todo esto, nuestras relaciones fueron más fuertes en lo personal y en lo culinario, y a ambas les sacamos casi tanto provecho como a la científica.
Baltasar Cabezudo

Catedrático de Botánica Universidad de Málaga  




EMILIO FERNÁNDEZ GALIANO
(1923-2006)





SANTIAGO CASTROVIEJO
(1946-2009)






CESAR GÓMEZ CAMPO
(1933-2009)


SUZETTE PUECH
(1937-2005)




MELITÓN ATIENZA Y SIRVENT

(1827-1890)






En 1827 nacía en la población de Villaviciosa de Odón, en la actual provincia de Madrid, Melitón Atienza y Sirvent, pionero de los estudios de arquitectura de jardines en la España contemporánea.

Realizó estudios de Veterinaria, después de los cuales siguió algunos cursos de jardinería que se impartían en el Jardín Botánico de Madrid.
En 1855 publica una Historia de la arquitectura de jardines. Memoria acerca del plan de una obra de arquitectura de jardines, utilidad de esta ciencia y consideraciones sobre la historia y las diferentes escuelas de la jardinería, que es una declaración de intenciones sobre la necesidad de escribir en España una obra de arquitectura de jardines. En ella hace culpable del estancamiento de la jardinería española a la falta de formación científica del “arquitecto de jardines”.
Poco después, en 1856, presentó al Gobierno de España una memoria muy documentada en la que proponía una serie de reformas que en Madrid debían afectar al Jardín Botánico, Huerta de San Jerónimo, Jardines del Retiro y a la montaña del Príncipe Pío. Así, para el Jardín Botánico planteó la creación de una Escuela de Horticultura y Arquitectura de Jardines y, en las restantes zonas, de un“Jardín Geográfico, que representase a España en las principales poblaciones, cordilleras, ríos y producciones naturales”. Tres años después, el entonces director del Jardín Botánico, Miguel Colmeiro Penido (1816-1901), informa de la imposibilidad técnica del proyecto y de la escasa preparación de Melitón Atienza.
Entonces hace estudios de Agronomía en Madrid y ejerce en Alicante y Albacete y desde 1877 trabaja como catedrático de Agricultura en el Instituto de Málaga. En 1878 presenta un proyecto para crear en la ciudad andaluza un jardín botánico que estaría agregado a su cátedra. Publica entonces Breves consideraciones acerca del establecimiento de un jardín de Aclimatación de plantas intertropicales en los alrededores de Málaga (1879). Su proyecto cayó en el olvido, a pesar de que inicialmente tuvo una buena acogida.
Finalmente, entre 1877 y 1879, Melitón Atienza inicia las gestiones con el director del Instituto para reunir fondos económicos con los que poder comprar las colecciones para crear un Museo Agronómico, que pocos años después pasaron a integrar la colección del Gabinete de Historia Natural de dicho centro.
Falleció en Málaga el 8 de diciembre de 1890.

Extraido de: http://www.biologia-en-internet.com/fteixido/s-xix/meliton-atienza-y-sirvent-1827-1890/

Un profundo artículo sobre este personaje en Málaga, ha sido publicado por JUAN PÉREZ RUBÍN en 2002 en Acta Botánica Malacitana. 





Y una reseña sobre el Jardín de los Filipenses y Melitón Atienza publicada por Lasso & Asensi (2009)



FRANCISCO CONDE POYALES
(1948-2005)





In memoriam del Profesor Doctor D. Francisco Conde Poyales
Tomás Gallardo
Departamento de Biología Vegetal I – Facultad de Biología – Universidad Complutense de Madrid
28040 - MADRID

tgallar@bio.ucm.es

Escribir esta nota sobre la vida científica de Francisco Conde Poyales es para mí un honor y el recordar ahora algunos de los momentos que vivimos juntos ha sido un pesar y a la vez una alegría. Paco, como solíamos llamarle cariñosamente todos aquellos que habíamos tenido algún trato con él, tuvo desde muy joven una saluddelicada. A los 30 años fue sometido a la primera operación cardiovascular en la que se le implantó una válvula, este hecho condicionó una gran parte de su vida pues a lo largo de los años fue necesario cambiarla y le obligó a sufrir frecuentes revisiones.
Aquellos que lo conocimos cuando empezábamos a hacer nuestras primeras aproximaciones al estudio de la ficología, ya desde el año 1978, se nos olvidaba con frecuencia que Paco iba con su válvula y su marcapasos, pues al igual que nosotros saltaba sobre la traicioneras rocas del litoral marino, se metía en el fango de los estuarios y buceaba con máscara y aletas, sin neopreno, en las frías aguas invernales del Estrecho de Gibraltar. Durante años viajó, a veces en condiciones penosas, por las costas de la Península y de nuestras islas realizando recolecciones de algas que hoy se conservan, en gran parte, en el Herbario de la Universidad de Málaga. Algunos recordamos todavía sus visitas frenéticas en los años ochenta a Barcelona y Madrid para conseguir copias de trabajos de algas. En aquellos tiempos la bibliografía era muy difícil de obtener. Paco tenía un comportamiento extremadamente familiar durante las reuniones científicas a las que asistía, de tal forma que a los pocos minutos de estar hablando con personas que no lo conocían con anterioridad, éstas se convertían en sus compañeros; no obstante, su trato afable y campechano no era impedimento para que interviniera de manera rigurosa en las discusiones de las ponencias, comentado algún aspecto que el ponente pudiera haber olvidado o dejado incompleto. Sus observaciones siempre estaban encaminadas a mejorar nuestra labor científica. Esta forma de actuar no se limitaba sólo a las comunicaciones de los congresos; le he escuchado varias veces hacer lo mismo durante la defensa de una tesis doctoral, aunque estuviera en el público y no como miembro del tribunal. La actitud cordial de Paco no era sólo en el trato directo, muchos de nosotros hemos recibido ejemplares de algas, fotocopias o cartas con comentarios que ni siquiera le habíamos solicitado pero que él consideraba, acertadamente, que nos podrían ser útiles.
Francisco Conde, además de dedicar muchas horas de su vida a la docencia en la Universidad de Málaga impartiendo, entre otras, la asignatura de Botánica Marina, trabajó durante casi 30 años con las algas marinas y sobre todo con las del litoral de Andalucía y del Norte de África; también se interesó por la flora de las aguas tropicales de Venezuela y de la Antártica. Desde la realización de su tesis doctoral tuvo como objetivo conocer que algas crecían en litoral andaluz y el “porqué crecían allí esas especies”, así estudió la relaciones entre la flora del Mar de Alborán y las corrientes marinas y la temperatura del agua del mar. Consideró que para poder descifrar ese interrogante era necesario conocer la distribución de las algas de esa área de la forma más exacta y para ello recolectó e identificó, junto con sus colaboradores, numerosos ejemplares de algas que constituyen una importante colección de más de 4.000 pliegos que está depositada en el Herbario localizado en el Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga (MGC). Profundizando en esa idea dirigió dos tesis doctorales que ampliaban el área de estudio de las costas del Estrecho de Gibraltar, una sobre las algas marinas de Murcia y Almería, que realizó Juan Soto, y otra sobre las algas de Ceuta y sus alrededores, que realizó Juan Antonio González. También los aspectos relacionados con la biología de las algas fueron objeto de su atención en la tesis doctoral de Antonio Flores sobre el género Phyllariopsis. Las algas de Andalucía tal vez fuera su objetivo más personal, pero trabajó con el mismo entusiasmo con las algas del resto de la Península Ibérica, participando en los proyectos de investigación subvencionados por el Estado sobre la Flora Ficologica Iberica, objeto de varias de sus publicaciones. Participó en otros proyectos de investigación, siempre sobre algas marinas, subvencionados por la Junta de Andalucía, el
Instituto Español de Oceanografía y formó parte como investigador de grandes proyectos como el que tuvo como objetivo el Bentos Antártico o el Proyecto Hábitat de la Unión Europea. Su interés por colaborar en todo lo relativo al mejor conocimiento de las algas lo llevó a aceptar en 1988 la vicepresidencia de la primera Junta Directiva de la Sociedad Española de Ficología, de la que fue también socio fundador. Colaboró, con frecuencia, con el personal científico del Centro Costero del Instituto Español de Oceanografía de Málaga y contribuyó a la divulgación científica de las algas participando en cursos de verano, dando conferencias, colaborando en jornadas de cine científico de Ronda y publicando artículos en revistas de divulgación científica.
Otro de sus intereses científicos ha sido el indagar sobre la historia del conocimiento de la algas en España y, como siempre, particularmente en Andalucía, de ahí sus publicaciones sobre los herbarios históricos, la vida y obra de Bellón Uriarte y la relaciones de trabajo entre los ficólogos españoles y los franceses. A continuación, y como reconocimiento de su cuidadosa y excelente labor científica, se incluye un resumen de su biografía con una relación de su obra escrita y de su labor en la formación de nuevos ficólogos a través de la dirección de tesis doctorales y de licenciatura.
Francisco Conde Poyales, nació en Coín, Málaga el 12 de noviembre de 1948 y falleció en Málaga el 15 de octubre de 2005. Se licenció en Ciencias Biológicas por la Universidad de Granada en el año 1974 y alcanzó el grado de Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Málaga el 12 de junio de 1981. Su Tesis Doctoral titulada “Estudio sobre las algas bentónicas del litoral de la Provincia de Málaga” recibió la calificación con sobresaliente cum laude y fue dirigida por Juan Antonio Seoane Camba, en esos años Catedrático de Botánica de la Universidad de Barcelona. Francisco Conde completó su formación realizando visitas de trabajo a varios laboratorios de ficología nacionales e internacionales como es el caso de la estancia que realizó en 1987 a EDIMAR (Isla Margarita, Venezuela) donde trabajó con Manuel Díaz-Piferrer.Como docente fue Profesor Ayudante en Colegio Universitario de Málaga dependiente de la Universidad de Granada entre 1974 y 1976 y posteriormente, ya en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, pasó por varias de las categorías de profesorado de la época: Profesor Encargado de Nivel D, Adjunto Interino, Ayudante y Adjunto Contratado desde 1976 a 1984. El 26 de diciembre de 1984 obtuvo por oposición una plaza de Profesor Titular de Universidad en el área de conocimiento de Biología Vegetal. En su departamento realizó durante años las funciones de Conservador del Herbario de algas, Secretario de Acta Botanica Malacitana, Bibliotecario y Secretario del Departamento. 
Colaboró en la organización y en el desarrollo de los congresos de Botánica Criptogámica, que se celebran en España cada dos años, participando activamente con la presentación de comunicaciones orales o en forma de panel desde el año 1981. Así mismo, era un asiduo comunicador en los Simposios Ibéricos para el Estudio del Bentos Marino desde el año 1982 y de las reuniones de la Sociedad Española de Ficología desde su fundación en 1988. Asistió también, siempre con estudios sobre algas marinas, en otros eventos como los simposios españoles de estudios antárticos, en encuentros puntuales como el Congreso Internacional sobre el Estrecho de Gibraltar (Ceuta, 1987) o la reunión conjunta de la Societé Phycologique de France y la Sociedad Española de Ficología (Soller, 1989) y, participó en varios de los congresos organizados la Commission Internationale pour l’exploration scientifique de la mer Méditerranée y por la International Phycologycal Society.


En ALGAS Boletín de la Sociedad Española de Ficología. Diciembre-2005 (nº 34)

MODESTO LAZA PALACIOS



Vélez-Málaga (Málaga), 1901 - Málaga, 1981



Por Carmen Rico Vázquez
en Gibralfaro: Estudios biográficos 72:9 (2011)








Modesto Laza Palacios nació en Vélez-Málaga, capital de la comarca de la Axarquía, el 24 de marzo de 1901. Siendo aún muy niño, tuvo la desgracia de quedar huérfano de ambos progenitores. Esta circunstancia motivó que se trasladase a Málaga capital, a casa de su tío Enrique Laza Herrera, hermano de su padre, sin hijos y farmacéutico de profesión.

Modesto cursó con brillantes notas el Bachillerato en el Instituto General y Técnico de Málaga. Concluidos estos primeros estudios, influido quizá por el ambiente en que se desenvolvía su tío Enrique, inquieto investigador y miembro de la Sociedad Malagueña de Ciencias, se traslada a Granada, donde inicia la carrera de Farmacia, licenciatura que concluirá en la Universidad de Madrid.

A partir de 1923, el joven Modesto decide realizar un proceso de ampliación de sus estudios universitarios asistiendo a una serie de cursos especializados sobre temas relacionados con la síntesis orgánica, la microbiología, la bacteriología y las técnicas microanalíticas. Ultimados estos cursos, regresa a Málaga para dedicarse de lleno a la especialidad de análisis clínicos de laboratorio, en cuya actividad adquiere gran prestigio.

A partir del año 1930, comienza a estudiar la flora y vegetación de las sierras Tejeda y Almijara, accidentes geográficos de la Serranía de Ronda, adoptando la «metodología fitosociológica de Huguet del Villar», así llamada por haber sido iniciada por el eminente investigador en ecología botánica Emilio Huguet del Villar (1871-1951). Este procedimiento metodológico, que se revelaba como el más novedoso de la época, pretendía aunar las más importantes corrientes europeas en el campo de las investigaciones geobotánicas.

Paralelamente a esta actividad científica, y una vez proclamada en España la II República, su preocupación social y política le lleva a presentar su candidatura en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, formando parte de la lista del Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) de Alejandro Lerroux, en las que resulta elegido concejal, por 885 votos, en representación del distrito 32 de Málaga.

Al iniciarse la Guerra Civil en julio de 1936, los estudios que estaba realizando para su doctorado, que se encontraban ya prácticamente terminados, quedan interrumpidos por el obligado paréntesis impuesto en este enfrentamiento bélico. Concluida la contienda en 1939, durante un breve tiempo sufre prisión en Burgos y luego es desterrado a Valladolid, hasta que, puesto definitivamente en libertad, puede por fin, en 1940, presentar su tesis doctoral en la Universidad de Madrid, cuyo tribunal le concede, por unanimidad, la calificación de ‘sobresaliente’.

A partir de entonces, se dedica al laboratorio y farmacia de su tío, quien, delicado de salud, se retira voluntariamente.

La labor investigadora de Modesto Laza es variada y prolífica. En ella pueden distinguirse sus estudios estrictamente botánicos, los de crítica literaria y los periodísticos, estos últimos, por lo general, íntimamente vinculados a temas malagueños y al deseo de salvaguardar instituciones y entornos particulares de Málaga y su provincia. Hagamos un somero repaso de los mismos.

Entre sus obras sobre botánica, merece destacarse, quizás por ser la más importante, su Algunas observaciones geobotánicas en la Serranía de Ronda, publicada en el «Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural», en 1936, que representa un primer avance para el conocimiento de la composición florística de la comunidad de los pinsapares; otro trabajo suyo es Notas geobotánicas de la provincia de Málaga, publicado ese mismo boletín y el mismo año.

En 1940 aparece su discurso de entrada en la Real Academia de Farmacia, con el título de Flórula farmacéutica malacitana, publicado en los «Anales» de dicha institución, que constituye un trabajo de extraordinario interés científico, prolijamente citado por el profesor leridano Pio Font i Quer (1888-1964), otro de sus maestros, en su Dioscórides renovado(1961).

En 1942 son publicados dos trabajos dignos de mencionarse: Notas sobre un herbario de plantas andaluzas de don Simón Rojas Clemente y Estudios sobre la flora andaluza. En el primero, Laza Palacios pone de manifiesto el origen del herbario elaborado por el botánico Simón de Rojas Clemente y Rubio (1777-1827) y llama la atención sobre el conjunto de pliegos que llevan la anotación “Ex collecione D. Clemente”, y, en el segundo, una continuación del ensayo anterior, realiza un estudio sobre 545 pliegos de plantas andaluzas y marroquíes recolectadas por Schousboe, Cabrera, Haenseler, Prolongo y Muñoz Capilla, entre otros estudiosos, que se hallaban archivados en el herbario de la Sociedad Malagueña de Ciencias.

Por estos años, Modesto Laza publica otro trabajo también interesante, Pau y la flora malacitana, en el que recoge especies, variedades y formas nuevas que el ilustre botánico Carlos Pau Español (1857-1937) había descrito de la flora malagueña, muchas de las cuales procedentes del intercambio de pliegos que Modesto mantuvo con éste todavía en vida.

A 1946 corresponden dos trabajos suyos, el titulado Apuntes para el estudio de la farmacopea popular malagueña, aparecido en la Revista Médica de Málaga, y Estudios sobre la flora y la vegetación de las sierras Tejeda y Almijara, publicado en los «Anales del Jardín Botánico de Madrid». Estos estudios representan un extraordinario esfuerzo de síntesis de la flora de esta zona malagueña, pues constituyen un espléndido catálogo de 541 especies, entre las que define y cataloga cinco nuevas para la ciencia en general, además de citar y confirmar la existencia de siete nuevos taxones para la provincia de Málaga; incluyen también una síntesis fitosociológica del territorio.

En la década de los cincuenta, Laza Palacios se encuentra en una época muy prolífica, ya que de esta época son las publicaciones que se realizaron en la revista «Farmacia Nueva» con los títulos de Miscelánea botánica retrospectiva y Una publicación importante, referida esta última a la edición por el Instituto de España de la obra La materia médica de Dioscórides, traducida y comentada por el médico y humanista Andrés Laguna y Segovia (1499-1559).
Apasionado por los temas malagueños, en 1950 dirige la tesis doctoral de Manuel Sánchez Garro bajo el título de Una farmacia malagueña del siglo XVIII, que le va a poner en contacto con la literatura y que supondrá el inicio de sus incursiones literarias. Nombrado académico correspondiente de la Real Academia de Farmacia, el insigne botánico malagueño intensifica sus trabajos sobre crítica literaria e historia, trabajando siempre en temas relacionados con su especialidad.
En 1955, Laza Palacios da comienzo a la publicación de una serie de estudios en la revista «Farmacia Nueva» que van a constituirse en el germen de la que posteriormente será su más renombrada obra literaria, El laboratorio de la Celestina, en la analiza todos y cada uno de los términos de la inmortal obra referentes a plantas que son utilizadas para la preparación de pócimas y ungüentos mágicos. De esta publicación parte la relación epistolar que mantiene con el genial pintor Picasso a través del poeta barcelonés Jaime Sabartés Gual (1881-1968), ya que su libro, editado con el patrocinio de la Diputación Provincial de Málaga, ve la luz con una reproducción a color del famoso cuadro La Celestina en la sobrecubierta.
Otras publicaciones significativas de esta etapa son La hidrofilia hispánica, en la que hace una especial referencia a las virtudes de las aguas de Carratraca (Málaga), y Los fármacos afrodisíacos en un autor castizo del siglo XV, en la que continúa un tema ya tratado con anterioridad en otro trabajo publicado en la revista «Gibralfaro» con el título de El ungüento de las brujas, en el cual, tras una recopilación de datos sobre dicho famoso y oculto ungüento, deduce su fórmula y realiza un comentario crítico y científico sobre las plantas utilizadas en la elaboración de dicho producto; todo ello, enmarcado en un fino estilo literario.
Esta incursión en el mundo mágico y literario no le aparta en momento alguno de la investigación botánica. Era tal la capacidad de trabajo creativo que desplegó este malagueño que, en 1956, los «Anales de la Real Academia de Farmacia» publica Vegetación rupícola y formaciones frutescentes de altura en la provincia de Málaga, obra de gran interés para la geografía botánica, en la que tipifica algunas de las comunidades florísticas más características de nuestra provincia.
Durante los años en que simultanea este tipo de trabajos con sus investigaciones botánicas, se despierta en el ilustre farmacéutico una ferviente inquietud por salvar de la destrucción la entonces finca de La Concepción, abandonada a su suerte desde hacía unas décadas. Su clamor llegó hasta el punto de que, en 1956, es invitado por el Ateneo de Madrid para pronunciar una conferencia al efecto, la cual fue publicada posteriormente por la Caja de Ahorros Provincial de Málaga con el título de Málaga y su flora ornamental. En ella esboza una semblanza de destacados personajes malagueños, así como de ilustres extranjeros afincados aquí atraídos por las excelencias de Málaga, y, en un apasionado afán propagandístico, entra un recorrido histórico de la provincia, ensalza su clima y da a conocer las maravillas de la ciudad, de tal modo que la flora ornamental de Málaga aparece al final de su conferencia como tema forzoso.
Enamorado del tema malagueño, se dedicó en especial a la historia de Málaga y sus vinos, lo que pone de manifiesto en 1970, cuando pone el prólogo a la obra Postales Malagueñas. Álbum con Poesía, de la poeta Julia Romero Porras.
También escribe artículos para varias revistas malagueñas, entre cuyos títulos cabe destacar «Don Carlos Pan Español», en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural (1941), «Los Medicamentos de nuestros abuelos», en Farmacia Nueva (1954) o «Nuestro Parque», en Jábega (1972), entre otros.
Entre los méritos que hay que reconocerle a este ilustre botánico malagueño, cabe mencionar, aunque sea brevemente, la gran preocupación y deseo vehemente que mostró por la creación de un jardín botánico para la ciudad de Málaga, como lo ponen de manifiesto las gestiones que llevó a cabo ante el secretario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, sugiriendo la viabilidad de adquirir la finca de La Concepción y la creación en ella de un jardín de aclimatación y experimentación de todo tipo de plantas, inquietud suya que halló eco en su momento y hoy es ya un deseo convertido en realidad.
No hemos de olvidar los numerosos cargos que llegó a ocupar con motivo de su labor investigadora, entre los que merece especial mención su nombramiento de Profesor Honorario de Botánica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, a la que había donado con anterioridad un valiosísimo herbario con más de 3.000 mil pliegos, fruto del trabajo que él había realizado por las sierras andaluzas y de los intercambios que mantuvo con renombradas figuras botánicas nacionales y extranjeras.
En 1963, el doctor Laza Palacios fue nombrado presidente de Sociedad Malagueña de Ciencias, de la que lo fue hasta su fallecimiento; en 1965 resultó elegido académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga, y, en 1978, fue nombrado presidente de honor del III Simposio Nacional de Botánica Criptogámica celebrado en Madrid.
Y, aunque con temas algo apartados de la labor farmacéutica y de su afición a la geobotánica, colaboró asiduamente en la prensa local y en los diversos eventos culturales del Ateneo malagueño.
Por último, debe recordarse el gran empeño y la decidida defensa de este malagueño de alma en favor de la creación de una universidad para Málaga, Universidad que, convertida en realidad a comienzos de la década de los años 70 y agradecida a este hombre por tan noble anhelo, le concedió a título póstumo, en 1982, la Medalla de Oro que sólo otorga a personajes muy distinguidos.
El fallecimiento de este ilustre veleño afincado en Málaga tuvo lugar en 1981, tras una larga y penosa enfermedad que lo tenía apartado casi por completo de toda actividad cultural. Su muerte dejaba un importante vacío en el mundo de la investigación geobotánica de muy difícil relevo por la extraordinaria capacidad humana, científica y cultural que Modesto Laza Palacios poseía, y de la que, hasta el último momento, supo dar cumplida muestra.


AMÁLIA HEREDIA Y LIVERMORE
  y
 JORGE LORING  Y OYARZÁBAL











Amalia Heredia y Livermore 

(Málaga 1830-Málaga 1902



Fue una mecenascoleccionistainvestigadorafilántropa y principalmente una promotora de las artes y la cultura en España. Fue marquesa de Casa Loring por el matrimonio con su marido don Jorge Loring Oyarzábal, primer marqués del citado título. 

Amalia Heredia fue la décima hija del matrimonio entre el industrial Manuel Agustín Heredia e Isabel Livermore Salas. Ya desde la infancia recibió una esmerada educación de raíces católicas propia de la burguesía de la época, criándose en un ambiente refinado que fomentaría su amor por lasbellas artes y con numerosos viajes al extranjero. Se erigió en una mujer culta e inteligente. Su marido, con el que se casó en 1850, Jorge Loring Oyarzábal, fue un emprendedor en los negocios. La pareja tuvo nueve hijos. 

Tras casarse, transformó su residencia de La Concepción en Málaga, en jardín botánico, por lo que fue la creadora junto a su marido del Jardín Botánico La Concepción. Destacó por su filantropía, financiando junto a otras personas de la alta sociedad el Hospital de San Julián y colocando, en 1862, la primera piedra del que había de ser el futuro Hospital Civil, y fundó el Colegio de La Asunción, todas estas obras en Málaga ciudad. 

Adquirió junto a su marido las tablas de Lex Flavia Malacitana con el fin de iniciar una colección arqueológica, el Museo Loringiano. Amalia Heredia fue una de los socios fundadores de la Real Sociedad Española de Historia Natural. También perteneció a la Orden de las Damas Nobles de María-Luisa

Cuando sucedió el Sexenio Revolucionario el matrimonio Loring-Heredia se decantó por una tendencia monárquico-liberal, y se trasladó a Madridpoco antes de la restauración borbónica. Fueron amigos del político Cánovas del Castillo, que era pariente lejano de ella. 

Amalia enviudó en 1900 y falleció dos años después. Sus restos mortales reposan en el panteón familiar de los Heredia en el Cementerio de San Miguel de Málaga. 







Jorge Enrique Loring y Oyarzábal 

(Málaga9 de agosto de 1822 - Málaga, 11 de febrero de 1900



Fue un ingeniero, empresario y político español, primer marqués de Casa Loring. Fue el tercero de los siete hijos de María del Rosario Oyarzábal Herrera y George Loring James, comerciante estadounidense originario de Boston (Massachussets) establecido en Málaga, aunque el apellido Loring era oriundo de la Lorena francesa, y socio de Manuel Agustín Heredia. Se licenció como ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Harvard, contrayendo matrimonio con Amalia Heredia Livermore en1850, con quien tuvo nueve hijos, y dio forma a la Hacienda La Concepción y al Museo Loringiano

Durante 1854 y 1855 todo el litoral que baña las costas del mar Mediterráneo debió enfrentar una epidemia de cólera morbo-asiática. Málaga no fue la excepción por lo que su Ayuntamiento formó una Junta de Sanidad, para realizar una suscripción en favor de los afectados por la enfermedad que provocó miles de muertos. En reconocimiento a la labor humanitaria que Jorge Loring realizó durante la epidemia de cólera recibió el título nobiliario de marqués de Casa Loring por Real Decreto de 11 de abril de 1856, siendo Ministro de Gracia y Justicia José Arias, para él y sus herederos a partir del 27 de mayo de ese año. 

También en 1856 fue uno de los fundadores del Banco de Málaga. Participó en la construcción del ferrocarril de Córdoba a Málaga, en la de la línea de Campillos a Granada y en la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. Fundó en Málaga en 1851 el periódico El Correo de Andalucía y regentó los altos hornos de Málaga, una fábrica en Marbella y una fundición de plomo.

En la provincia de Córdoba inició la explotación de la mina Esperanza de Belmez y adquirió la Fusión Carbonífera y Metalífera de Belmez y Espielasí como numerosas minas de hulla en MontoroHornachuelosFuente ObejunaVillanueva de Córdoba y Villanueva del Duque.

Jorge Loring perteneció a la masonería y fue amigo personal de Cánovas del Castillo. Residió en Madrid entre 1873 y 1890, donde fue diputadoliberal y senador vitalicio, falleciendo en Málaga en febrero del año 1900

Amalia Heredia fue la décima hija del matrimonio entre el industrial Manuel Agustín Heredia e Isabel Livermore Salas. Ya desde la infancia recibió una esmerada educación de raíces católicas propia de la burguesía de la época, criándose en un ambiente refinado que fomentaría su amor por lasbellas artes y con numerosos viajes al extranjero. Se erigió en una mujer culta e inteligente. Su marido, con el que se casó en 1850, Jorge Loring Oyarzábal, fue un emprendedor en los negocios. La pareja tuvo nueve hijos. 

Tras casarse, transformó su residencia de La Concepción en Málaga, en jardín botánico, por lo que fue la creadora junto a su marido del Jardín Botánico La Concepción. Destacó por su filantropía, financiando junto a otras personas de la alta sociedad el Hospital de San Julián y colocando, en 1862, la primera piedra del que había de ser el futuro Hospital Civil, y fundó el Colegio de La Asunción, todas estas obras en Málaga ciudad. 

Adquirió junto a su marido las tablas de Lex Flavia Malacitana con el fin de iniciar una colección arqueológica, el Museo Loringiano. Amalia Heredia fue una de los socios fundadores de la Real Sociedad Española de Historia Natural. También perteneció a la Orden de las Damas Nobles de María-Luisa

Cuando sucedió el Sexenio Revolucionario el matrimonio Loring-Heredia se decantó por una tendencia monárquico-liberal, y se trasladó a Madrid poco antes de la restauración borbónica. Fueron amigos del político Cánovas del Castillo, que era pariente lejano de ella. 

Amalia enviudó en 1900 y falleció dos años después. Sus restos mortales reposan en el panteón familiar de los Heredia en el Cementerio de San Miguel de Málaga. 


EXTRAÍDO DE WIKIPEDIA



DOMINGO DE ORUETA Y DUARTE


DOMINGO DE ORUERTA Y DUARTE NACE EN MALAGA EN EL AÑO 1833 DE ORIGEN VASCO PUES SU PADRE DOMINGO ORUETA AGUIRRE ERA NATURAL DE OÑATI (GUIPUZCOA) Y SE INSTALA PRIMERO EN CADIZ Y DESPUES EN MALAGA DONDE FUNDA UNA CASA DE COMERCIO.LOS PRIMEROS AÑOS DE NUESTRO PERSONAJES TRASCURREN EN MALAGA HASTA EL AÑO 1864 QUE SE TRASLADA A INGLATERRA PARA ESTUDIAR EN EL COLEGIO " CLEVER GRENN" JUNTOS CON OTROS NIÑOS ENTRE LOS QUE SE ENCUENTRAN JUAN CLEMENS Y LOS HERMANOS ADOLFO Y EDUARDO CROOKE EN DICHO COLEGIO CONOCERIA A SU MEJOR AMIGO QUE SERIA " JOAQUIN GARCIA DE TOLEDO Y HARRISON. LA INSTANCIA EN DICHO COLEGIO DURA HASTA 1850 PARA REGRESAR A MALAGA Y APRENDER LOS NEGOCIOS DE LA FAMILIA NO LLEGANDO ESTO A CONVERSERLE Y DESVIO SU ATENCIO A LAS CIENCIAS NATURALES , EL ARTE Y LA LITERATURA. EN 1858 REALIZA JUNTO CON SU INSEPARABLE AMIGO JOAQUINGARCIA DE TOLEDO UN VIAJE POR TODA EUROPA Y DESCUBRE SU OBSESION POR LA NATURALEZA Y ESPECIALMENTE POR LA GEOLOGIA.CUANDO SU PADRE FALLECE EN 186O FUNDA LA SOCIEDA ORUETA HERMANOS PARA GESTIONA LOS NEGOCIO FAMILIARES NOMBRANDO DIRECTOR DE LA MISMA A SU AMIGO JORGE GARCIA DE TOLEDO.SE CASA EL 3 DE ABRIL DE 1861 CON DOÑA FRANCISCA DUARTE CARDENAL Y TIENE CINCO HIJOS , DOMINGO EL PRIMOGENITO, LUIS RICARDO AFAMADO CRITICO DE ARTE Y PROFESOR DEL INTITUTO LIBRE DE ENSEÑANZA Y MIEMBRO DEL PARTIDO DE AZAÑA Y MARIA Y LEONOR DE ORUETA Y DUARTE. SU VIDA TRASCURRE ENTRE LA NATURALEZA , SUS EXCURSIONES GEOLOGICAS Y ENTOMOLOGICAS Y SU DEDICACION A A SOCIEDAD MALAGUEÑA DE CIENCIA.LLEGO A TENER UNA BIBLIOTECA CON CERCA DE 2200 VOLUMENES Y REALIZO UN ESTUDIO DEL TERRENO MALAGUEÑO TANTO GEOLOGICO COMO ANIMAL ENTRES SUS OBRAS DESTACAN" ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA GEOLOGIA DE LAS PROXIMIDADES DE MALAGA" QUE REALIZO CON LA AYUDA DE SU AMIGO MANUEL RODRIGUES DE BERLANGA. FALLECIO EL 19 DE FEBRERO DE 1895 A LA EDAD DE 61 AÑOS.

PABLO PROLONGO
(1806-1885)

PABLO PROLONGO GARCIA 


Nace en Málaga el 28 de Mayo de 1806. Tras sus primeros estudios, a los 17 años comenzó a trabajar en la botica de Hánseler, quien probablemente le inculcó su gran afición por la Botánica.En 1825 fue a Madrid, donde comenzó los estudios de Farmacia, que terminó en 1830. Dos años más tarde intentó, sin éxito, acceder por oposición a una plaza de viceprofesor de Botánica en el Museo de Historia Natural, por lo que regresó a Málaga, ciudad en la que se dedicó ya a su labor como farmacéutico. No obstante, tan intensa como la dedicación a su profesión era su actividad como botánico y naturalista, pues era correspondiente del Museo
Nacional de Ciencias Naturales, de la Real Academia de Ciencias y del Real Colegio de Farmacéuticos de Madrid. Su interés por la docencia nunca cesó y, de hecho, en el año 1846 hizo un nuevo intento, esta vez la oposición a una cátedra de Organografía y Fisiología Vegetal de la Universidad Central de Madrid, iniciativa en la que tampoco tuvo éxito. Sin embargo, su interés por el mundo natural nunca decayó, llegando a obtener el doctorado en Ciencias en el año 1862, y auspiciar, junto con Domingo de Orueta, la fundación de la Sociedad de Ciencias de Málaga (el 24 de julio de 1872), cuyos objetivos eran el estudio y difusión del conocimiento de las Ciencias Naturales y el mantenimiento de un Museo con las riquezas naturales de la provincia.
Aunque en el año 1852 publicó un catálogo de las plantas de Málaga y su término, ordenadas según el sistema linneano (vió la luz como parte de la Topografía médica de la ciudad de Málaga, de Vicente Martinez), Prolongo es recordado, sobre todo, como un estrecho colaborador de Boissier, a quien conoció en el año 1837. Se estableció entre ellos una relación que continuó hasta la muerte de ambos, ocurrida el mismo año, en 1885. Dado a conocer por el botánico ginebrino, Prolongo fue persona admirada y visitada por cuantos botánicos y recolectores visitaron el sur de España en aquella época, entre ellos Kunze, Reuter y el mismo Willkomm, quien resalta las virtudes de éste y le da su agradecimiento en la introducción a su Prodromus. Su herbario fue ordenado y estudiado por Willkomm durante su estancia en la ciudad de Málaga, en noviembre de 1844.

(Extraído de "Viajes de un botánico sajón" por J.A. Devesa & M.C. Viera, 2001)








SIMÓN DE ROJAS CLEMENTE Y RUBIO










Simón de Rojas (Roxas) Cosme Damián Clemente y Rubio (Titaguas Valencia, el 27 de Septiembre de 1777  - Madrid, 27 de Febrero de 1827) era hijo de una familia numerosa (tuvo quince hermanos, de los que solamente pasaron la pubertad seis) Simón de Rojas era hijo de la segunda mujer de su padre, Juliana Rubio, y el cuarto en la línea de sucesión, sin ninguna posibilidad de heredar un día la escribanía familiar.



A los diez años ingresó en el Seminario de Segorbe. Tras estudiar cuatro años de Humanidades, fue enviado a Valencia para los estudios superiores. Allí cursó filosofía con Antonio Galiana y obtuvo el grado de maestro en artes, continuando luego con otras disciplinas propias de la carrera eclesiástica; destacó en filología, sobre todo en griego, hebreo y latín. Poco afecto a la vocación sacerdotal, se sentía más atraído por las ciencias naturales y realizó colecciones y clasificaciones de plantas y animales; llevó a término un interesante catálogo. Cavanilles publicó entonces las Observaciones sobre el Reyno de Valencia (1795-97) y azuzó su interés por la ciencia botánica.



En 1800, ya con 23 años, marchó a Madrid para opositar a las cátedras de Lógica y Ética en el Seminario de Nobles y, aunque no las ganó, le asignaron varias sustituciones en el Colegio de San Isidro; aprovechó para asistir como alumno entre 1800 y 1801 a las clases de árabe, botánica, mineralogía y química y entró en contacto con algunos profesores y alumnos con los que habría de colaborar, como Casimiro Gómez Ortega (Añover del Tajo, 1741 - Madrid, 1810), botánico y primer catedrático del Jardín Botánico de Madrid, que fue instalado bajo su dirección en el Paseo del Prado y en el que Clemente habría de trabajar durante muchos años. Otro gran amigo, esta vez condiscípulo, fue Mariano Lagasca (Encinacorba, 1776 - Barcelona, 1839), con quien Clemente empezó a colaborar ya en 1801, publicando en agosto de 1802 una Introducción a la Criptogamia española, inserta en el tomo V de los Anales de Ciencias Naturales.



En 1802 Clemente fue nombrado profesor de la cátedra de árabe en sustitución de su titular Miguel García, que estaba enfermo. Allí conoció entonces al famoso viajero y espía catalán Domingo Badía, más conocido como Alí Bey, gran amante también de la lengua árabe y de las ciencias naturales, pero diez años mayor que Clemente, a quien logró engatusar para tomar parte en un aventurado proyecto científico (luego resultó ser de espionaje) en el norte de África por cuenta de Godoy.

Viajó por Francia e Inglaterra con Badía, y en esos viajes recogió y clasificó nueve tomos de herbarios, y a su vuelta a España los depositó en el Jardín Botánico. Pese a que se embarcó con Badía para el Norte de África, este le dejó plantado. Godoy recompensó su silencio con una asignación de 1.500 reales mensuales durante cuatro años y el encargo de hacer un estudio sobre las producciones y la historia natural del Reino de Granada (de forma parecida a lo que Cavanilles había hecho en Valencia) con total independencia de cualquier otra autoridad académica y administrativa. Durante casi dos años (en 1805 fue llamado para hacerse cargo de la Biblioteca del Real Jardín Botánico de Madrid) recorrió todos los rincones del antiguo reino de Granada y de la zona de Jerez y Sanlúcar, donde residía, recogiendo muestras de plantas silvestres y cultivadas, observando las prácticas de cultivo, la naturaleza del suelo, los distintos microclimas y, lo que era más importante, la adecuación de cada planta o cultivo al medio natural, así como su mayor productividad con vistas a una agricultura científica. La mayor parte de aquellos trabajos (textos, colecciones de plantas, etc.) fueron depositados en el Jardín Botánico de Madrid, donde permanecen inéditos.

Destaca también el viaje realizado en 1804 a Sevilla. Publicó varios artículos entre 1806 y 1807 en el Semanario de Agricultura y Artesdirigido por Francisco Cea, que formaría luego en el año 1807 su obra Variedades de la vid común que vegetan en Andalucía.

La caída de Godoy y la Guerra de la Independencia trastornaron todos estos ambiciosos planes; Clemente intentó nadar entre las dos aguas, la afrancesada y la patriota, pues su talante liberal le aproximaba al gobierno josefino, pero no quería pasar por colaboracionista, como hizo su amigo Mariano Lagasca, que rechazó los cargos que Bonaparte le ofreció en el nuevo gobierno y se alistó en el ejército español como médico. Circuló libremente por Andalucía y Madrid sin ser molestado, pero en 1812 se refugió en Titaguas. Según su primer biógrafo, Miguel Colmeiro, se dedicó allí a tareas científicas y humanitarias: reunió datos para escribir la historia civil, natural y eclesiástica de Titaguas; hizo un plano topográfico del término; escribió la genealogía de los apellidos locales; enseñó a niños y adultos a clasificar las diferentes especies de pájaros y plantas y creó una compañía de teatro de aficionados en la que él mismo hizo papeles de protagonista, como en El médico a palos de Molière y en El alcalde de Zalamea de Calderón.



Pasada la contienda volvió a ser reclamado en 1814 para formar el plano topográfico y estadístico de la provincia de Cádiz, si bien prefirió ocupar otra vez su plaza de bibliotecario en el Real Jardín Botánico de Madrid, a cuyo frente volvía a estar su amigo Mariano Lagasca. Entre ambos catalogaron las colecciones de plantas americanas formadas por José Celestino Mutis en Bogotá, que fueron remitidas a Madrid en 1817, aunque su obra más célebre fue la edición, por encargo de la Sociedad Económica Matritense de la Agricultura general de Alonso Herrera con el objetivo de recuperar la versión original de 1513 (varias ediciones posteriores en 1643, 1677 y así hasta 27, la habían desvirtuado con añadidos sin valor) y actualizarla con adiciones de mayor rigor científico y actualidad que fueron encargadas a los propios Lagasca y Clemente y a los especialistas Antonio Sandalio de Arias, Claudio Boutelou, etc. Clemente redactó el prólogo, las adiciones a las castas de trigo, al cultivo del algodón y, sobre todo, a las variedades y cultivo de la vid, la vinificación, los principales vinos de España, etc. También estudió la carrera de farmacia.



En 1820 Riego logró restablecer la Constitución de Cádiz y Clemente lo apoyó y se destacó por su militancia liberal, ya que fue propuesto para encabezar la lista de doce diputados que correspondían al antiguo reino de Valencia, cosa que aceptó, pasando luego a formar parte de las comisiones de Agricultura, de Salud y de Instrucción Pública. Sin embargo, sólo intervino un vez en el Parlamento para defender la creación de una granja experimental de agricultura en su querido Sanlúcar de Barrameda. Muy quebrantado de salud por haber pasado la fiebre amarilla años atrás, solicitó licencia para restablecerse y en septiembre de 1821 se marchó a Titaguas, donde habría de pasar los siguientes cinco años. Allí siguió compilando datos para su Historia natural de Titaguas y prosiguió haciendo colecciones de plantas, insectos y animales disecados y empezó a estudiar apicultura, haciendo observaciones en los márgenes de un ejemplar de laAgricultura general de Alonso de Herrera y en varias cuartillas que acabaron en manos de la familia de Antonio Sandalio de Arias. Volvió a Madrid en 1826 para ordenar y concluir algunos de sus muchos trabajos inacabados y sin publicar. Allí murió el 27 de febrero de 1827.



A Simón de Rojas Clemente se debe la ordenación y plantación inicial de la colección de variedades de la vid en el emparrado que rodea el Plano de la Flor.

(Extraído de Wikipedia, revisaremos más adelante la importancia de su presencia en la Provincia de Málaga)




PIERRE EDMOND BOISSIER

(1810-1885)








Botánico suizo discípulo de De Candolle. Estudió en París, donde conoció a Philip Walter Webb y a J. Gay, quienes en la década de los veinte habían recorrido independientemente el sur de España, y cuyas experiencias, sin duda, despertaron el interés de Boissier por la Península Ibérica. 
Viajó por el sur de España en el año 1837, publicando el resultado de sus hallazgos en su excelente Voyage botanique dans le Midi de 1'Espagne pendant l'Année 1837 (Paris, 1839-1845), obra de gran influjo en la época y que pudo publicar gracias a su enorme fortuna. 
Además del material recolectado por él mismo, Boissier utilizó para sus publicaciones el material de botánicos españoles como Hánseler, Prolongo y Pedro del Campo, así como el de los botánicos Webb, Rambur y Salzmann, quienes habían visitado previamente la Península Ibérica. 
Boissier volvería a visitar la Península al menos en otras siete ocasiones, una de ellas (en 1849) en compañía de Reuter, el conservador de su herbario; otras (1878-79) junto con Leresche y Levier, y alguna Junto a Émile Burnat. 
Es autor igualmente de otras obras de gran interés para el conocimiento de la flora de la Península Ibérica, entre ellas Elenchus Plantarum Diagnoses Plantarum y Pugillus Plantarum, las dos últimas en colaboración con G. F. Reuter. 
Boissier fue un entusiasta de la flora de España, que le ocupó gran parte de su energía y muchas de sus correrías botánicas, en una de las cuales murió su esposa (el 8 de julio de 1849) a consecuencia de unas fiebres coléricas. Este suceso le apartó momentáneamente de la Botánica, regresando a ella con sus ojos puestos en la flora de Oriente, aunque volvería de nuevo a la Península Ibérica en diversas ocasiones: en 1858, 1865, 1868, 1874, 1877, 1878'- 9, 1879 y la última en 1881, falleciendo cuatro años más tarde.
Se le adjudica la descripción de 6.000 nuevas especies, de las que cerca de 3000 procedían de la Provincia de Málaga, entre otras nuestro singular Abies pinsapo.






FÉLIX HAENSELER
(1767-1841)

Félix Hánseler nació en el año 1767 en el pueblo de Durrach, distrito de Kempten (Baviera), en el seno de una familia de clase media. Aunque iniciado en su juventud en el estudio de las lenguas clásicas y las ramas más importantes de las Humanidades, así como en los principios básicos de la Historia Natural, Física y Química, Hánseler abandonó por motivos desconocidos el hogar paterno, alistándose en el regimiento suizo bajo las órdenes del coronel Theodor Reding. Esta unidad militar, que a veces entrenaba en España, llegó en tiempos de Hánseler a la ciudad de Málaga, donde acabó permaneciendo mucho tiempo.

En la ciudad malagueña el bávaro dejó la milicia activa para ayudar como sirviente en la farmacia de Don José Santaella, ubicada en la Puerta de Esparteros. Su buena actitud y su notable interés por las ciencias hizo que recibiese cuanto necesitaba para realizar sus investigaciones en el campo de la Historia Natural y de la Farmacia, la primera como afición y la última como devoción. Estableció contactos con importantes investigadores extranjeros de la época, entre ellos Mertens, el obispo Agardh', Schousboe, Webb, Zea y otros, y su inquietud botánica no pasó inadvertida a Don Simón de Rojas Clemente, quien corregía las determinaciones que hacía Hánseler de las plantas que recogía diariamente en los alrededores de Málaga y en el Jardín del Convento de San Felipe. Mantuvo intercambio de plantas con sus amigos y formó un interesante herbario, rico además en gran número de especies nuevas de su región. Tras examinarse como farmacéutico, el prestigio de Hánseler fue cada vez mayor, siendo muchas las personas que buscaban sus remedios en la farmacia

en que prestaba sus servicios. En el ano 1817 murió su jefe, quien legó la farmacia a su mujer; ésta murió poco después, dejándola a una pariente con la que se casó Hánseler, quien consiguió así una posición más estable. Tras conseguir la ciudadanía española en el año 1820, le fue asignado el empleo de Subdelegado de Farmacia18 en la provincia de Málaga y el de Examinador de aquellos que quisiesen hacer el exámen farmacéutico. Ya como propietario de uno de los principales laboratorios farmacéuticos de la ciudad malagueña, Hánseler se consagró totalmente al estudio de las Ciencias Naturales, estableciendo nuevos contactos con importantes botánicos de la época, entre ellos Mariano Lagasca, quien le dedicó el género Haenslera, así como con el famoso canónigo Cabrera, fundador junto con el padre Muñoz en Córdoba, López en Granada y otros más, del Jardín Botánico del Colegio Médico-Quirúrgico de Cádiz. Hánseler fue también un destacado farmacéutico, que introdujo nuevos medicamentos en la práctica médica de su ciudad y que en 1817 realizó un importante estudio sobre las aguas minerales de Carratraca, ricas en ácido sulfhídrico, y lugar para el que además realizaría una monografía de las plantas de sus alrededores.

La suerte no acompañó al botánico farmacéutico, quien se vió en la necesidad de cerrar su establecimiento. Para su amigo Prolongo, la causa de este declive sería el seco carácter de Hánseler, pero como indica Willkomm, fue su afición por la bebida la principal causante de todo 182. A pesar de ello, Hánseler pudo abordar la traducción de un trabajo de Thomson titulado «Principios de química básica llevados a la práctica», aunque la falta de medios no le permitió su publicación. Igual le sucedió a su libro de Estequiometría y a su traducción de un trabajo francés sobre drogas, que corrigió y cornpletó con la adición de nuevas plantas medicinales españolas.

Desmoralizado, Hanseler abandonó la Química y la Botánica, dedicándose de lleno a la bebida. Esta situación cambió en el año 1837, cuando conoció al joven Edmund Boissier, botánico suizo que vino a recolectar en el sur de España y que, aconsejado por Webb, contactó con el botánico bávaro afincadoen Málaga. Al conocer Boissier el interesante herbario de Hánseler le ayudó, y éste volvió de nuevo a interesarse por la Botánica. Boissier dio a conocer mundialmente al botánico malagueño y muchas de sus plantas en su Voyage botanique, dedicándole incluso un género y diversas especies.

No pasó mucho tiempo sin que Hánseler volviera a caer de nuevo en la bebida, ya sin el apoyo de sus amigos y conocidos, volviendo de nuevo a su anterior y triste situación. No obstante, tomó la regencia de una farmacia en Estepona, y se ocupó alli de los análisis de las aguas minerales de algunas fuentes cercanas a la localidad, volviendo finalmente —como regente— a una farmacia de Carratraca, donde de nuevo se ocupó del análisis de sus aguas minerales, esta vez con más medios, así como de la catalogación delas plantas y de los animales de los alrededores"'. Como su situación económica no era buena, la publicación de este trabajo científico fue auspiciada por mediación del médico de los baños el Dr. Eduardo Henares, edición que se interrumpió cuando el mecenas cambió de residencia a los Baños de
Alhama.

Hánseler volvió entonces a Málaga, donde permaneció hasta el fin de sus días a costa de sus amigos, principalmente bajo el cuidado de Prolongo, quien le dio alojamiento en su casa y quien posteriormente sufragó los gastos del Hospital de Caridad en el que falleció aquél a la edad de 74 años'".

Prolongo, igualmente, trató de rescatar sus libros y manuscritos, así como el herbario, que localizó finalmente en un palomar de la casa de un pariente de aquel, encontrando de los primeros sólo una parte y el último en una penosa situación. Según Willkomm se había perdido la correspondencia de Hànseler con los botánicos españoles y extranjeros, «y del catálogo de su herbario, trabajado con gran diligencia, apenas existía una copia completa, que alcanza hasta el género Psoralea [...] De sus manuscritos todavía se conservaban su Manual de Estequiometría, ambos análisis de las aguas de Carratraca, el análisis de las fuentes de Hedionda y algunos otros pequeños fragmentos». El botánico sajón dedicó su Biarum haienseleri a la memoria de este botánico.




(Extraído de "Viajes de un botánico sajón" por J.A. Devesa & M.C. Viera, 2001)



HEINRICH MAURITIUS WILKOMM

1821-1895




Procesado y juzgado por un delito de alta traición por su adhesión a la asociación estudiantil, Willkomm estaba a punto de tirar la toalla. Expulsado de la Universidad de Leipzig, planeaba exiliarse a un hospital de India. El botánico Kunze le hizo entonces un encargo: herborizar, entre otras zonas, la Península Ibérica. Una misión que guiaría desde entonces su carrera y que en 1873 le trajo a Baleares.

El interés de Heinrich Moritz Willkomm por la botánica fue más que prematuro. Nació en 1821 en Herwigsdorf (Alemania) y ya en el colegio su obsesión por las plantas hizo que la dirección del centro le prohibiera su recolección. Sin posibilidad de acceder a estudios botánicos superiores, el alemán ingresó en la Universidad de Leipzig en 1841 para cursar Medicina y Ciencias Naturales. Atraído por el movimiento universitario en defensa de una Alemania unida y libre, Willkomm ingresó en la asociación estudiantil, por entonces prohibida. La afiliación le supuso ser procesado junto a otros muchos estudiantes. Fue juzgado por delito de alta traición y expulsado de la universidad.

«Este hecho marcó decisivamente su vida futura y la de la flora española», asegura el catedrático de Botánica, Juan Antonio Devesa, autor de Viajes de un botánico sajón por la Península Ibérica. Sin recurso alguno, Willkomm estaba decidido a emigrar a India donde trabajaría en un hospital. El catedrático Gustav Kunze le ofreció entonces una alternativa: el encargo de la herborización de Suiza, el sudoeste de Francia, el Algarve y el sur de España. «Entre los botánicos europeos causó gran impresión la publicación del Voyage botanique dans le midi de l’Espagne de Pierre-Edmond Boissier en 1845», apunta Devesa. Un hecho que, junto a la situación privilegiada y la localización «de la flora más rica del continente europeo y una de las peor conocidas», convirtió a España en objetivo.

Para Willkomm nuestro país suponía, también, «el lugar idóneo para escapar de las presiones políticas y judiciales de su Alemania natal». Subvencionado por Kunze y otros botánicos, el alemán llega a Barcelona en 1844 con sólo 23 años. Allí comenzó sus herborizaciones que continuó luego en Valencia, Madrid, Andalucía y el Algarve.





YUSUF BENAXEIJ
El Malagueño que describió el faro de Alejandría

Tres siglos antes del comienzo de nuestra era, la ciudad más famosa del mundo era Alejandría, situada en la desembocadura del Nilo y fundada por el emperador macedonio Alejandro Magno de quien lleva su nombre. Las frecuentes crecidas del río, las grandes dimensiones de su delta y la falta de señalizaciones marítimas provocaron frecuentes naufragios en ese frecuentado punto de la costa mediterránea. Para solucionar este problema, el rey de Egipto Ptolomeo II mandó construir sobre una pequeña isla llamada Pharos, de donde procede el nombre común de «faro», una gigantesca torre que se iluminaba por la noche y orientaba a los navegantes. Por la belleza de su traza y la grandiosidad de su estructura fue considerado este Faro de Alejandría la tercera de las siete maravillas del mundo.


Los principales historiadores antiguos, como Estrabón, Plinio, Herodiano y Josefo, ofrecieron referencias de este gran monumento. Tras la conquista de Egipto por los musulmanes a finales del siglo VII, los geógrafos e historiadores árabes le dedicaron también la atención que se merecía con descripciones siempre elogiosas y más o menos fidedignas. Los movimientos sísmicos afectaron parcialmente a esta construcción helenística en varias ocasiones a lo largo de la Edad Media, daños que fueron reparados por orden de los sultanes egipcios. Finalmente, un gran terremoto destruyó por completo el famoso Faro hacia mediados del siglo XIV, pues el conocido viajero y escritor magrebí Ibn Batuta nos da cuenta de su desaparición en la segunda visita que realizó a la zona de Alejandría el año 1349. 

Lo sorprendente de esta historia es que la mejor y más precisa descripción de tal maravilla del mundo antiguo se la debemos a un ilustre paisano llamado Yūsuf Benaxeij al-Malaqí (“el Malagueño”), olvidado a lo largo de los siglos y apenas mencionado por los eruditos hasta que el gran arabista español Miguel Asín lo rescatara hace años demostrando que había sido la mejor fuente histórica, tanto antigua como medieval, sobre el tema. Precisamente el año 2007 se cumplió el VIII Centenario de su muerte, ocurrida el año 1207 de nuestra era. Bueno será, pues, que recordemos ahora algo de su vida.

Un ilustrado piadoso y benefactor de su ciudad, Málaga

Vivió en el siglo XII, época de dominio almohade y de esplendor en el campo artístico y científico del que son una muestra los monumentos árabes de Sevilla, entre otros, y los grandes hombres de ciencia andalusíes como Averroes, Ibn Tufayl y Avenzoar. A los pocos años de morir tuvo lugar la batalla de las Navas de Tolosa y con ella el declive definitivo de al-Andalus que quedaría reducido hasta finales del siglo XV al pequeño reino de Granada.

Su magnífica descripción del Faro de Alejandría está contenida en la obra enciclopédica titulada en árabeKitāb Alif Bā, es decir, Abecedario, dedicada a su hijo menor y en la que pretendía ofrecer un resumen de la cultura general, sobre todo literaria, disponible en su época. Todo indica que era curioso en el plano intelectual y meticuloso en su trabajo de escritor.

Su descripción está basada en observaciones directas del gran monumento a lo largo de varios meses que permaneció en Alejandría, donde aprovechó también para asistir a cursos especializados. En la misma isla de Pharos fue tomando notas detalladas y realizando mediciones con la ayuda de una cuerda. No se entretiene en contar historias o leyendas, y lo que no podía descifrar (como la inscripción en griego que indicaba el nombre del arquitecto o el espesor de los muros de la torre), confiesa ignorarlo. Por él confirmamos que el Faro se cimentaba sobre los arrecifes y que constaba de tres cuerpos: una ancha y sólida base cuadrada, un segundo cuerpo octogonal y un tercero circular y bastante estrecho, donde se encendía el fuego nocturno que guiaba a los marineros. El material de construcción utilizado fue piedra blanca de gran dureza cuyas piezas estaban unidas entre sí con plomo fundido. La subida interior de la torre era amplia y en forma de rampa para facilitar su acceso.

Los conocimientos enciclopédicos puestos de manifiesto en su libro indican una buena cultura literaria e histórica, y los datos técnicos descriptivos del Faro muestran una formación técnica más que aceptable para un autor medieval. Que el ilustre malagueño se interesó por su tierra demostrando tanto cariño como capacidad, nos lo confirma su biógrafo Ibn al-Abbār al informarnos de que intervino personalmente en la construcción de 25 mezquitas y en la excavación de 50 pozos en la ciudad de Málaga, habiendo costeado esas obras de su propio bolsillo, algo infrecuente antes e impensable ahora. Valga por ahora este breve apunte aunque este ilustre andalusí merece más atención que la prestada hasta hoy por los estudiosos.


IBN AL-BAYTAR

Ḍiyāʾ Al-Dīn Abū Muḥammad ʿAbdllāh Ibn Aḥmad al-Mālaqī (el malagueño) y al-Nabatí (el botánico); comúnmente conocido como Ibn al-Baitar (el hijo del veterinario) (en árabe: ابن البيطار, Ibn al-Bayṭār), fue un médico y botánico andalusí, nacido hacia 11901 ó 1197 en la Provincia de Málaga (se especula con que nació en el municipio de Benalmádena) y muerto en 1248 en Damasco.
Al-Baitar estudió con el biólogo Abu al-Abbas al-Nabati en Sevilla donde comenzó una colección de plantas cuyo estudio se centraba en sus propiedades medicinales. Hacia 1220 emigró al Próximo Oriente atravesando el norte de África y visitando Anatolia y Siria para finalmente establecerse en El Cairo, donde fue nombrado botánico jefe de Egipto por el sultán. Allí estudió la propiedades medicinales de las plantas y realizó numerosos viajes de investigación con sus alumnos.
Ibn al-Baitar fue responsable de numerosos trabajos que recogen el conocimiento farmaceútico de su tiempo. Su obra más conocida es Kitāb al-Jāmiʻ li-mufradāt al-adwiya wa-l-aghdhiya ("Libro recopilatorio de medicinas y productos alimenticios simples"). Nombró las plantas y describió el uso de más de 1400 especies.

Su obra sería utilizada y traducida durante toda la Edad Media.

Por sugerencia del académico Flores reproducimos 
el artículo publicado en 1997 por el Padre Mondejar sobre Ibn Albaytar.



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